miércoles, 30 de noviembre de 2016

Ensuciando.



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Si existe algo por lo que la gente de Chilpancingo se puede vanagloriar es de que son estupendos generadores de basura. Se le puede añadir también que tienen usos y costumbres muy arraigadas en esta actividad. Un uso y costumbre de esos es el de tirar o dejar basura en espacios públicos y en otros no tan públicos.
Así pues miramos por toda la ciudad, en el sitio que se te ocurra estar, la basura arrojada en las arterias de comunicación, principalmente de desechables de todo lo que ingiere esta noble población.
Pero en esto de tirar basura existen categorías, así que hay aquellos que sin recato botan el envase que vaciaron, al carril de andar o vía vehícular. Otros más discretos pero igual de marranos, disculpa cuche; diré sucio para no ofender a los porcinos, que esconden la basura en alguna ranura de la pared, entre las ramas de un árbol, en el medidor de agua o de luz, etc.
Ahora viene lo mejor, sí por alguna razón le preguntas a uno de esos ilustres el porque hace tal cosa, o te manda a la chingada o te contesta con el clásico: para eso pago mis impuesto; y nadie negará que todos sin excepción pagan impuestos, pero acaso pagamos impuestos para que se los gasten recogiendo la basura; ¡no sujetos!, los pagamos para asistencia socia, vías de comunicación, educación, etc. Sí, ya sé, van a decir sueldo de políticos inútiles, bueno eso es otro comentario para otro escrito, sigamos con la basura, ya, ya… ya sé que esos también son basura, sí, sí claro, pero seguiré con respecto a quienes la tiran. El otro argumento muy usado es aquel de que no existen basureros, este siempre me asombra, ¡a cabrón! acaso llegó su basura por emisión espontánea, que no acaso ya traían cargando toda esa fregada basura, entonces igual pueden seguir llevándola hasta el basurero de su casa.
Ahora esa costumbre que tienen de comer fuera de casa, pero sobretodo en la calle, en cualquier rincón; no es buena ni tiene justificación. Sé que sacarán la letanía que el trabajo, que llevarlos niños a la escuela, que no alcanza el tiempo; pero para que chingados trabajan y llevan los niños a la escuela, sí después vivirán en una ciudad de mierda.  Entiendo que debe haber algunos excéntrico que vivan así en su casa toda llena de porquerías, que la limpieza sea una cosa vista como chocante, ¿pero tantos?
Nada más como comentario final. Tal parece ser que aquellos, que argumentaban que tenían un cochinero, los que estaban en el plantón de la plaza para protestar por acciones inadecuadas del gobierno, son los mismos que querían la plaza para hacer ellos su cochinero; ahora por pura vanidad.

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