domingo, 16 de julio de 2017

Plagas.



Foto de Edgar P. Miller



Aunque el humano por sí solo ya es una plaga en la tierra, él mismo sufre el ataque de otras.
Muy bien recuerdo las recomendaciones sanitarias que se nos daban en la primaria para evitar los piojos, las chinches y las moscas. Ya existía entonces; o sea, en los años cincuenta del siglo veinte, una campaña en contra del paludismo que luchaba con despilfarro econòmico contra los mosquitos, al parecer esta campaña fue para que Estados Unidos le enjaretara a México todos los vehículos que le sobraron de la segunda guerra mundial, desde luego cobrándolos a través de un favorecido crédito con  sangrantes intereses.
Aunque no todos los animales son plaga, para muchos locales cualquier ser vivo intruso en su propiedad es considerada plaga e intentan matarla, matar al parecer es el recurso favorito de mis vecinos. Destruyendo vida por el solo acto de no saber convivir en su entorno.
Pero el humano ha crecido en tecnología; ya se comunica y viaja fácilmente a cualquier rincón del mundo, sin embargo cada día es màs incompetente contra las plagas ancestrales: moscos, moscas, cucarachas, alacranes, chinches, pulgas y piojos. Aunque a muchos les molesta que se les diga que el problema de plagas es ocasionado por su manera inadecuada de vivir; al igual que cuando un médico les dice que la enfermedad que los mella es consecuencia de sus malos hábitos alimenticios y sedentarios.
Las moscas es un hermoso insecto despreciado por fatal, contra ella el primer problema recae en la cultura popular; a nadie le interesa aprender más allá de lo necesario para hacerse de un dinero que le permita seguir con su festiva vida. Asì pues desconocen que existen diferentes tipos de moscas. En un tiempo Chilpancingo tenía animales en casi todas las casas: vacas, puercos, gallinas y chivos; eran comunes inquilinos. Los vecinos rotos; o sea, aquellos que se consideraban de la alta sociedad culpaban a las explotaciones pecuarias de ser las productoras de moscas, asì que todos fueron siendo felices a manera que estas explotaciones desaparecìan; pero no desaparecieron las moscas; claro que no, porque las moscas que viven en los establos son otras y no la doméstica que resulta ser el primer animal doméstico existente. Curioso ¿verdad?, pero asì es. La causa de que existan moscas es debido a que el humano come a cualquier hora y lo hace en cualquier lugar cosa que le beneficia al ciclo reproductivo de la mosca doméstica.
Quiero pausar para aclarar que otro de los grandes aliados de la mosca es la deficiente casa habitaciòn de los humanos, que son muy  lindas viviendas pero bastante ineficaces para contener plagas. Ventanas con barrotes para evitar ladrones, pero carentes de mosquiteros y sellos en ventanas y puertas para limitar a los insectos.
El humano no sabe ni tiene idea de que sus desechos deben mantenerse en lugares adecuados y dada la variedad de ellos, separados por tipo, que pinche complicaciòn es lo primero que dirà cualquier ciudadano moderno. Vamos, ¿acaso andan por todas parte de la ciudad excrementando en donde se les ocurra el antojo?. Con la basura es lo mismo.
Ante cualquier estigma humano siempre existe quien saca provecho, por lo mismo ayudan a propiciar miedo al sujeto de los afectados y promover las maneras inadecuadas de resolver el problema, agudizado de tal forma que sea un gran negocio. Que por temor acabará pagando el afectado sumiso.
No se niega  que las moscas sean infecciosas pero son más las monedas y los billetes y todos desean tenerlos; incluso los plásticos  lo son.
Que conste,  hago una pausa en la mosca; y en la siguiente entrega seguiré con otras plagas, seres vivos que al igual que nosotros buscan controlar y dominar su entorno.



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